El día martes 30 de julio de 2007, salí de viaje con unas amigas en dirección a Barcelona. Salimos a las cuatro de la madrugada desde mi pueblo, Pedro Muñoz, y realizamos un largo viaje, de unos 600km. Tardamos en llegar al puerto de Barcelona aproximadamente siete horas y media con paradas incluidas.
A las once y media de la mañana llegamos a Barcelona, y enseguida fuimos a coger el crucero que nos esperaba.
Pronto nos pusimos cómodas, y a las doce de la mañana comenzó nuestro viaje en barco por el Mediterráneo.
La primera ciudad que visitamos fue una de las más bonitas de Italia: “Venecia, la ciudad de los canales
Cuando bajamos del barco, nos dirigimos a la famosa plaza de San Marcos, y allí visitamos el palacio Ducal, un edificio gótico, situados en el extremo oriental de la plaza. La planta baja y el piso principal tiene una galería o pórtico, más arriba, el muro liso, con solo grandes ventanales. Presenta una decoración de tablero de mármol rosado y blanco. El pórtico de la planta baja se apoya en treinta y seis columnas con ricos capitales decorados. Después de ver el palacio nos fuimos a dar un paseo en barca por el Gran canal de Venecia, y desde aquí vimos el puente de Rialto, que es posiblemente el puente más famoso de la ciudad. Fue lo que más me gustó de toda nuestra visita. Además de esto también fuimos a ver
Después de ver tan maravillosos monumentos regresamos al barco para continuar nuestro viaje. Durante toda la noche estuvimos descansando en nuestros camarotes y a la mañana siguiente, aproximadamente a las nueve de la mañana, nos
levantamos para desayunar en la cubierta mientras veíamos las olas y el mar. Una o dos horas
después llegamos a Grecia, y nos detuvimos en la isla de Creta. Allí pudimos observar muchos templos, acrópolis y lo que más me llamó la tención de esta ciudad no fueron
No permanecimos mucho tiempo en esta isla, a las seis de la tarde estabamos de nuevo
de camino. A las diez de la noche llegamos al puerto de Estambul, aunque solo sería para
que eran pinchitos de carne sobre pan tostado con una salsa de tomate y yogurt. También
yogurt. Y por último el postre, lo más rico por supuesto, que era baklava, trozos de hojaldre compuesto por pistachos y almíbar. Por último el camarero nos recomendó que pidiéramos lokum que eran delicias turcas, como una especie de pastelillos. Después de cenar como reinas, volvimos al barco. Después de estar toda la noche navegando, paramos por la tarde, sobre las cinco en Alejandría (Egipto). La verdad es que no pudimos ver mucho en esta ciudad, era todo muy rudimentario en comparación con nuestro país, las calles no estaban asfaltadas… Estábamos bastante aburridas así que regresamos al barco, donde estuvimos hablando durante un largo rato, hasta que llegó la hora de la cena.
Nuestra siguiente y última parada sería Túnez. Llegamos a esta ciudad aproximadamente
a las dos y media de la tarde, y enseguida fuimos a ver la catedral de Túnez, el Ribat de
no estuvo tan mal. A las ocho y media subimos al barco y a la mañana siguiente nos
Como llegamos muy cansadas del viaje, decidimos quedarnos una noche en Barcelona y
Gaudí, después fuimos a
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